domingo, 21 de julio de 2024

Nuestros leales amigos



 

En los ojos brillantes de un perro fiel, 

reflejo de un alma pura, noble y tan real, 

se encuentra un amor sin igual, 

un lazo que el tiempo jamás podrá romper.

 

Con un corazón que late al compás de nuestra vida, 

nos acompañan en jornadas largas y sombrías, 

con patas ligeras y espíritu valiente, 

cruzan senderos y puentes, siempre presentes.

 

Guardan nuestros secretos con silencio sabio, 

son faros en la oscuridad, guías en el ocaso, 

con una mirada, todo entienden, todo abrazan, 

sus colas danzan al viento, alegrías que no pasan.

 

En el trabajo, su lealtad es una llama ardiente, 

detectan peligros, nos protegen valientemente, 

nunca vacilan, su deber es sagrado, 

son héroes anónimos, siempre a nuestro lado.

 

En los días de sol y en las noches estrelladas, 

sus ladridos son melodías que al alma embriagan, 

nos enseñan a vivir el momento presente, 

amar sin condiciones, con un amor inocente.

 

Son guardianes de nuestros sueños y alegrías, 

en su compañía, hallamos paz y melodía, 

sus lenguas nos consuelan, sus ojos nos comprenden, 

en sus corazones, un universo de amor se extiende.

 

Oh, perros fieles, compañeros eternos, 

en sus patas llevan historias de tiempos lejanos, 

gracias por su amor, por su bondad sincera, 

en este mundo vasto, son la más pura estrella.



Creador de Contenidos:






No hay comentarios:

Publicar un comentario

Diciembre menos natilla, más memoria

  Ah, diciembre. Ese glorioso mes donde Colombia entra en un coma diabético colectivo inducido por la natilla, el buñuelo y el aguardiente...