domingo, 3 de agosto de 2025

La montaña que no perdona, historias y leyendas de la carrera atlética sube Monserrate 2025

 


¡Atención, damas, caballeros, atletas e incrédulos! Agárrense del sofá, que aquí les traigo el más descabellado, jocoso y emotivo relato de la última edición del festival de verano bogotano, donde la alergia de agosto y la mística del cerro de Monserrate se disputan el protagonismo a codazos.

 

Era agosto, ese mes de estornudos, narices irritadas y polen al viento, cuando Bogotá se viste de fiesta... Con bombos, platillos y la promesa de redención, la organización del festival anunció el regreso triunfal de la Carrera Atlética Sube Monserrate, ¡y lo hizo con una jugada digna del siglo pasado: inscripción presencial! Olvídense del caos digital, de los links que se agotan más rápido que el pan caliente y del “refresh” psiquiátrico. Esta vez sí que hubo pantalla, pero de sudor en la frente. Las filas eran largas, sí, pero al menos así uno podía ver al que se colaba y gritarle: “¡Oiga respete la fila no se cole, compañero!”. Y, admitámoslo, esas filas son la verdadera pretemporada del atleta popular bogotano.

 

El día de la carrera se sentía el zumbido en el aire: manillas de colores, chips en los números, al gratín como nos gusta y corredores ansiosos trotando en círculos como perros al ver la correa. Todo muy bonito, muy organizado. Pero, ajá, no contaron con que Monserrate tiene alma propia, y un sentido del humor afiladísimo.

 

Cuando la montaña no quiere, no hay ingeniero ni chip que valga. El sistema tecnológico, que funcionaba tan bien en la prueba, decidió rebelarse. Los organizadores revisando cables, pantallas y hasta rezando en código binario, pero nada. Decían que faltaba revisar el recorrido y unos permisos administrativos, pero la verdad era más profunda: ¡faltaba el visto bueno de la montaña y de los sabios abuelos árboles! Porque en Monserrate, si la montaña no quiere, no sube ni el wifi.

 

Y entonces, en un momento digno de telenovela, la montaña concedió su bendición. Los chips volvieron a la vida y los corredores, en manadas tipo estampida, cruzaron a la zona de salida. El ambiente era de fiesta y nervios: algunos arrancaron a toda velocidad, olvidando ese pequeño detalle de que Monserrate no perdona la arrogancia. La montaña, con humor negro, los puso en su lugar en los primeros 50 metros. ¡Aquí no hay sprint que valga, muchachos!

 

En medio de este espectáculo, brilló la dupla dorada: el legendario Alberto Manrique, conocido como “el escarabajo de la master”, subió los escalones con más destreza que un político bogotano esquivando preguntas incómodas, mientras enseñaba a su hija Sara los secretos del cerro. El truco no era pelear con Monserrate, sino hacerse amigo. “¡Respeta a la montaña y la montaña te premia!”, le decía el papá, entre resoplidos y sonrisas. Sara, digna heredera, igualó el paso y juntos conquistaron el empedrado, dejando al público y a los demás corredores boquiabiertos y tosiendo por la altura.



 

Así, padre e hija cruzaron la meta con estilo, elegancia y, claro, un poco de polen en la nariz. Consiguieron resultados de lujo y demostraron que en la montaña, el talento y la humildad abren cualquier puerta… o sendero.

 

Y colorín colorado, así se vivió una de las mil historias de la Carrera Atlética Sube Monserrate, edición 2025. Eso sí, que no se cumpla la peor leyenda: dicen las malas lenguas que quienes suben en pareja pueden terminar separados. Así que, amigas y amigos, si su relación flaquea, mejor suban solos… ¡Oh Monserrate, montaña de milagros y separaciones!

 

Nos vemos el próximo año… si la montaña quiere.

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Resultados oficiales carrera atlética Sube Monserrate 2025

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1 comentario:

  1. Gracias super Deivy por su aporte describiendo en su breve resumen lo vivido en esta edición del Ascenso a Monserrate y de paso felicitaciones porque se que dio lo mejor de lo mejor para afrontar este Reto🤝🤝👍👍🙏🙏

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