Érase
una vez, en el reino
encantado de Colombia, un país de paisajes que cortaban la
respiración y riquezas sin fin. Sus habitantes, los Colombianitos y
Colombianitas, eran seres de luz, trabajadores incansables que cada día
aportaban al Baúl de la
Salud con monedas de oro, cumpliendo con la ley del reino para
asegurar servicios dignos y mantener a los médicos y personal de salud.
Sin
embargo, en las sombras se movían las fuerzas
oscuras, tanto locales como extranjeras, que controlaban el
baúl desde tiempos inmemoriales. Eran los magos EPS, seres forjados en energía oscura,
destinados a administrar las riquezas del reino. Pero su corazón era tirano y
corrupto, y no extendían su protección a todos los rincones del reino,
especialmente a aquellos más vulnerables y desprovistos de hospitales.
Los
magos EPS, en su tiranía, compraban voluntades y creaban títeres malévolos para
convencer al pueblo de su “correcta” gestión. Entre sus favoritos estaba Ernesto, un títere charlatán
y embustero que difamaba al Rey y a cualquiera que osara oponerse a los magos y
sus secuaces.
Con
el poder de las monedas de oro, los magos EPS también habían reclutado a las muñecas de las EPS,
hechiceras expertas en el engaño y la manipulación, que con sus cánticos y
redes sociales embrujaban al pueblo, haciéndoles creer que los magos eran los
guardianes perfectos del Baúl de la Salud.
Pero
el Rey y su caballería descubrieron la verdad: el baúl estaba vacío. Billones
de monedas de oro habían desaparecido, y con ellas, la esperanza y la salud de
millones de Colombianitos, a quienes se les negaban los servicios médicos
esenciales, causando conflictos y muertes.
Las
muñecas de las EPS, camufladas dentro de las maquinarias políticas, eran
poderosas y habían logrado que parte del pueblo defendiera a los magos EPS.
Propagaban la idea de que sin los magos, el baúl se rompería y sería
irreparable.
Lo
que muchos ignoraban era que el baúl de la salud era fuerte y resistente, y no
necesitaba de los magos EPS para funcionar correctamente. Existían soluciones
para acabar con la crisis, pero las fuerzas oscuras, desesperadas, usaban todo
su poder para evitar que los Colombianitos se unieran y los expulsaran del
reino.
La
historia de Colombia estaba en un punto de inflexión. ¿Podrían los
Colombianitos unirse y liberarse de las garras de los magos EPS? ¿Podría el
reino encontrar la luz una vez más y florecer en justicia y salud para todos?
La
respuesta yace en el corazón valiente de cada Colombianito y Colombianita,
dispuestos a luchar por un futuro mejor. El despertar de Colombia había
comenzado.
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